El cementerio

 Aquella noche me había tenido que quedar hasta tarde en la oficina. Odiaba eso no por trabajar más, sino porque para llegar a mi casa tenía que pasar por el cementerio y para que vamos a mentir, de día no me importaba mucho pero de noche todo cambiaba. Aceleré mi paso mientras caminaba al lado del muro del camposanto, pero al pasar por la puerta de rejas, lo que vi me heló la sangre y supe que antes de darme cuenta estaría yo allí dentro para no salir más... 

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