El centro comercial

 Aquel día estaba disfrutando como una niña en aquellos grandes almacenes. Miraba cada escaparate, bolsos, zapatos, vestidos, maquillajes y por supuesto no pude resistir la tentación de comprar un par de camisetas y un bolso que me encantó. Entré un momento al baño y cuando salí estaba todo en silencio y las luces apagadas, solo unas bombillitas que iluminaban tenuemente el edificio. Grité preguntando si había alguien por allí pero reinaba el más absoluto silencio. ¡Me había quedado encerrada! Fue la equivocación más grande de mi vida y me di cuenta cuando el edificio comenzó a cobrar vida.... 

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