Pensamientos de una mente inquieta

  Cuenta una antigua leyenda india, que un chico y una chica, el hijo de una familia americana, ella hija del jefe de los sioux, se encontraron un día en el río que dividía sus territorios, y desde entonces supieron que sus vidas estarían unidas para siempre. No pensaron lo mismo sus familias y su amor ocasióno una guerra entre ambos pueblos, desesperados, la pareja decidió terminar con todo aquello y se quitaron la vida a la orilla del río que les había unido, así sus almas estarían siempre juntas y sus familias dejarían de luchar. Cuando mis padres y yo nos fuimos a vivir a América pensé que mi mundo se acavaba, me alejaba de todo lo que conocía, mis amigos, mis compañeros, mis vecinos, todo, incluso mi idioma, tendría que enfrentarme a uno que era totalmente desconocido para mi. Mis padres estaban muy ilusionados por lo barata que les había costado la casa, en un paraje impresionante, cerca de un río, y cuando nos instalamos pronto descubrí la razón de esa oferta. Estando un día...

 Ana se fue de golpe, no dio tiempo a quienes la querían a hacerse a la idea. La vida le salía por los poros y al segundo, su cuerpo yacía inerte. Cuando salió de su cuerpo se sintió con una paz que no había imaginado nunca, pero cuando miró a su familia vio el dolor que dejaba y entristeció, pero no había marcha atrás, delante de ella se abría un camino con una luz inmensa donde descubrió caras conocidas que venían a buscarla, y Ana sonrió. En memoria de Ana Millán.